sábado, 31 de marzo de 2012

VIGILANCIA

                               VIGILANCIA 
 "Grave y peligroso es el vicio de la vanidad, que arroja a las almas desde lo más alto de la perfección, y del que quisiera que os precavieseis principalmente. La maldad de este vicio es doble. A unos les ocurre que al principio de su conversión, en cuanto se han dedicado algún tiempo a la abstinencia o han dado limosna a los pobres, y cuando debieran entender que con ello no habían hecho sino remover un obstáculo, obran y piensan como si se les hubiera concedido algo grande. La segunda manera de jactancia es la de quienes, habiendo llegado a una gran virtud, se la atribuyen a sus esfuerzos y trabajos y no por completo a Dios, y, buscando así la gloria humana, pierden la divina..."

Ese es el momento en que hemos de procurar la más exquisita vigilancia sobre nuestro corazón y nuestros pensamientos. Cuidemos que no arraigue en nuestra alma ningún apetito de avaricia, mala voluntad o deseo vano, ni cosa alguna que no sea según Dios, porque de tales raíces surgen continuamente vacuos e inútiles pensamientos, tan molestos que no cesan cuando oramos, ni se averguenzan de aparecer cuando nos ponemos en la presencia de Dios..., sino que,por el contrario, arrebatan y cautivan nuestra imaginación hasta el punto de que, pareciendo exteriormente que oramos, en nuestro interior vagamos por miles de parajes".




En Finis gloriae mundi presenta los cuerpos de un caballero y de un obispo muertos, a los que su fama y su gloria de nada les ha servido. La mano de la justicia divina pesa las buenas y malas obras que en la tierra se han realizado.

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